Sinopsis:
Soñé un día que moría, que miraba el cielo blanco, que su respiración desaparecía. Olvidó todo lo que le rodeaba y estaba frente a un camino que hacia círculos sobre el vacío, se volvia por momentos un recorrido eterno y eso lo llenaba de tristeza, de impotencia, de saber que no había nada más que él dando vueltas. Se cansó de tanto caminar y se recostó sobre el suelo, frío. El tiempo se detuvo.
Recuerdo que empecé a llorar por verlo rendido, pero sintió que tenía paz, desconocía la razón. Parecía el fin. Sin saberlo el camino empezó a quebrarse y el vacío desapareció. Empezó a caer, en su propia pesadilla, no era cierto; pero todo lo lastimaba. Y lo hizo por ultima vez, clamó por perdon, Hablaba con el Silencio. Clamó tanto que el Silencio lo escuchó y se detuvo. Fue una pausa casi eterna. Sentía como una caja musical trataba de arrullarlo y era cierto. Ahora sentía su respiración, como si fuera el mío. Sentia que volvia a vivir; pero sabia que moría. La oscuridad empezó a disciparse y frente a él apareció él mismo, vió su vida reflejandose frente a él, yo contenia el asombro, él lloraba.
Si pedía perdón debía ser por todo lo que yo veia frente a él. Sin darme cuenta nos adentramos en un bosque de cuyos colores ya olvidé. Y apareció frente a él un hombre vestido de blanco. Tomó su mano y empezaron a caminar alejandose de mi. Tuve miedo y empecé a seguirlos, nos llevó por lugares que había visitado antes. Era como si me guiara a mi. Retrocedí en el tiempo, pero el tiempo se había detenido. Aquel hombre lo llevo al monte mas alto del universo y nos mostró el atardecer. El hombre de blanco se dio cuenta que los habia estado siguiendo y me tendio la mano, me abrazo y se fue. El atardecer duro para siempre.
Me desperté.